¿Amás los quesos y los dulces? Prueba entonces la crostata al chocolate y ricotta.
La base de este postre es la “masa quebrada” o “pasta brisa” que se utiliza para hacer la crostata, un postre típico de las abuelas italianas. La crostata más tradicional tiene un relleno de mermelada y está finalizado con un entramado de la misma pasta brisa. Las tramas, que pueden ser más o menos densas, se realizan con la rueda cortapasta dentada o lisa.
Se suele hacer también crostata con relleno de crema pastelera y decorada con frutas fresca, sobretodo con fresas y frutos rojos, o con frutos secos (como la torta della nonna con piñones).
La leyenda de la crostata
Corre el rumor que allá por el año 1845 cuando Fernando II, rey de las dos Sicilias descubrió la crostata, se quedó totalmente prendado. Pero más intensa aún fue la reacción de su segunda esposa. María Teresa de Austria, apodada en toda la corte “la reina que no sonreía nunca”. Según dicen no pudo evitar de esbozar una sonrisa después de probarla y desde entonces fue su pastel preferido.
Crostata con ricotta
Otro relleno muy utilizado para la crostata es el queso ricotta. La ricotta es un ingrediente muy común en la cocina y en la pastelería italiana (os cuento más en este post) especialmente en Sicilia y en todo el sur (cassate, cannoli, sfogliatelle, la pastiera napoletana son solamente algunos de los dulces que tienes que probar).
En pastelería se suele utilizar o la ricotta de vaca o la de oveja. En comparación la segunda, tiene un sabor y un olor más fuertes, caracterizando más el sabor final del postre.
Se puede utilizar como substituto de la mantequilla, para postres más saludables, y luego mezclarla con azúcar o miel. Muchas cremas de quesos también utilizan la ricotta juntos con el mascarpone o el queso fresco.
En esta receta, a la versión original “blanca de la crostata” yo le añadí cacao amargo en polvo, para darle un toque dark y para crear un contraste con el relleno dulce del queso. Además decidí cerrar del todo el pastel para no secar demasiado la crema de ricotta.
Un consejo: es preferible utilizar la ricotta debidamente escurrida de su suero, así que ponerla en un escurridor una hora antes de utilizarla.
Crostata al chocolate con ricotta
Empezamos preparando primero la pasta quebrada. Vamos a necesitar 130 gr de mantequilla blanda cortada a cubitos, así que mejor quitarla previamente de la nevera.
Mezclamos juntos 260 gr de harina con 40 gr de cacao amargo en polvo. También añadimos 80 gr de azúcar, 5 gr de levadura para pastelería y una pizca de sal.
Añadimos a esta mezcla de polvos un huevo entero, una yema y la mantequilla blanda. Trabajamos con la punta de los dedos y amasamos rápidamente la masa hasta que se forme una bola homogénea.
Cubrimos la bola con papel film y ponemos en la nevera a descansar durante minimo media hora.
Pasado este tiempo dividimos la masa en dos partes (una más grande que la otra): con la bola más grande y un rodillo creamos la base y los bordos de la tarta.
Colocamos la masa extendida en un molde previamente engrasado con mantequilla o recubierto con papel de horno. Añadimos en el fondo chispas de chocolate en cantidad.
Para el relleno cremoso mezclamos 200 gr de ricotta fresca y 60 gr de azúcar con un varilla, intentando “montar” la crema. Vertemos en el molde.
Con la bola de pasta brisa más pequeña creamos la tapa y cerramos la tarta. Presionamos bien los bordes porque es importante cerrar bien para que el relleno no sobresalga durante la cocción.
Horneamos durante 40/45 minutos a 180ºC. Dejamos enfriar completamente antes de desmoldear y de servir.
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